Tal vez sea costumbre esto que hago cuando estoy intranquila
o triste, pero venir a este lugar siempre me ha ayudado. No es la gran cosa,
eso dirían algunos, tal vez sea así, aun así, no hay otro lugar donde
prefiriera estar que aquí, en la orilla del mar, oyendo su música.
Hoy vengo porque hay dudas rondándome la cabeza, perdí la
seguridad de algo que creí tener muy claro, me preocupa porque según la
respuesta a mis preguntas podría descubrir que he estado equivocada, aunque
también eso me da pie a continuar.
¿Qué es el amor? Una vez pregunté esto y alguien me dijo que
era no algo definible, sino varias cosas que te hace sentir esa persona, como
el preocuparte por ella, pensar siempre en ella, querer verla, que te haga
sonreír cuando la vez, el que esa persona se vuelva parte fundamental de tu
vida, algunos le dicen “no poder vivir sin ella”.
Pensé en eso y llegué a la conclusión de que sentía todo eso
por alguien, esa fue la primera vez y era razonable que estuviera llena de
dudas, no sabía lo que era el amor y sentir eso por alguien más que no fuera mi
familia, más que alegrarme me terminó asustando, pero todo indicaba que quería
a esa persona, y qué tal vez, también la amaba.
Mientras fue pasando el tiempo ese “Te amo” que tanto miedo
tenía a decir, nació y se volvió parte de mi vocabulario con esa persona, pero
a la vez, una frase que solo lo decía cuando estamos solos, luego poco a poco
me acostumbré a demostrar afecto en público, tampoco era que fuera totalmente
cómodo para mí.
Ahora más días han pasado, tantos que se han vuelto años,
años en los que ya no hay “Te amo” ni “Te quiero” ni ninguna de esas frases que
solía decirle a esa persona, La razón, esa persona ya no está, durante este
tiempo, estuve segura que le amé y que su recuerdo siempre estaría en mi mente,
no importa cómo hubieran terminado las cosas, al fin y al cabo, fue la primera
persona que amé y nunca iba a desmerecer eso.
Durante ese tiempo también aprendí a recordarle con una
sonrisa y cortar el recuerdo cuando fuera necesario, la vida seguía a mi
alrededor y yo no debía olvidar eso, esa persona debía solo pertenecer a mi
pasado, aunque no negaba que me hubiera gustado verle una vez más y confirmar
si el sentimiento comenzaba a morir.
Y pasó, pude verle dos veces más, la primera vez la tristeza
me ganó y terminé llorando pensando en la que hubiera sido si fuéramos cercanos
aún, mucho tiempo no había pasado para ese entonces. Cuando la segunda vez
llegó, los cambios en ambos fueron más que obvios, ya no éramos los chicos que
se había conocido años atrás, esa vez pude sonreír y seguir mi día sin
problemas, sin lágrimas, ¿el sentimiento ya había muerto para entonces? ¿O era que
ya había madurado? No estaba segura.
Ahora, tengo dudas de nuevo, no de si sigo queriéndolo, de
eso no, porque sé que sí, pero como un bonito recuerdo de épocas más tranquilas
y felices, lo que dudo es de si… llegué a amarlo de verdad. Como dije, era la
primera persona que “amé”… (Me veo obligada por mí misma a colocar las
comillas) y duele un poco hacerse esa pregunta.
Con el pasar del tiempo tuve tiempo de ver a otras parejas,
ver su relación, el trato, no quiero comparar, porque todos somos diferentes,
pero hasta en el amor hay un patrón del cual nadie escapa. Miradas, mimos,
sonrisas, detalles, cosas que te hacen ver “enamorada”, cosas que no recuerdo que
haya tenido del todo.
Nunca le puse un apodo y fueron muy pocas las veces que tuve
detalles con él, no pude hacerle partícipe de mi vida y nos obligué a que
nuestro mundo fuéramos solo los dos (bueno, eso fue tanto culpa mía como suya),
esos “Te amo” no fueron muchos y cuando quiso mostrarme su mundo yo comencé a
huir, porque era un mundo del cual no estaba segura de que quisiera conocerlo o
ser parte de él, ¿Eso estaba bien? Ahora que lo pienso, la respuesta es no, no
estaba bien.
También he pesado que lo que realmente me gustó fue sentirme
acompañada, que había alguien que me comprendiera, que tratara de hacerme
sonreír cuando estaba al borde de las lágrimas, que me hiciera sentir que era
su prioridad, no me di cuenta en ese momentos, pero lo quería solo para mí, aunque
a la vez, no podía ser egoísta o posesiva, no saben lo complicado y difícil es querer
y dejar ir, no muchos pueden hacerlo sin morir en el proceso.
Recuerdo que lo dejé ir fácilmente, sin oponer resistencia,
cuando lo hice pensé “Estará mejor sin mí”, solo me rendí, si el sentimiento
fuera real, ¿Hubiera sido distinto? Yo quise creer que lo hice porque no podía retenerlo
a mi lado si ya no me quería, no podía ser tan egoísta.
Hoy las lágrimas caen aunque intento retenerlas, y pienso… “Si
no te amé ¿Por qué estoy llorando?” Hay tantas cosas que influyen para que
pueda responder, pero no quiero hacerlo, ya no quiero pensar en eso, si es un
sí o es un no, porque sea cual sea la respuesta, no cambiará el pasado, pero
puede que sí el presente y no permitiré eso.
Deseo dejar esta duda junto con el inmenso mar y así no
preocuparme más por él, el tiempo se encargará de responderme y no tengo prisas
por saber, los recuerdos son eso, recuerdos, y no deben ser manchados por las
dudas del presente.
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