jueves, 24 de octubre de 2013

Fantasía

Los nombres usados no me pertenecen, son personajes de la saga My Land de Elena P. Melodia.


Otra vez me pierdo en un mundo que solo existe en mi cabeza, miro sin mirar por la ventana, tengo muchas cosas en la cabeza como para preocuparme de los seres que conviven a mi alrededor. Solo puedo pensar en una persona, extrañarla y desear como loca volver a verla, pero solo puedo seguir con mi vida e imaginar que esa persona fue un producto de mi imaginación para comenzar a olvidarme de ella.

-¡Alma! -escucho mi nombre en la lejanía, la verdad es que no deseo escuchar a nadie. Escucho pisadas rápidas que se acercan a mí- ¡Alma! ¡Es Morgan! ¡Está aquí, afuera! -volteo, es Naomi la que me habla, viene corriendo hacia mí. Me quedo viéndola, lo que dice es imposible...

Llega a mi lado, su respiración es rápida a causa de la carrera, me mira a la expectativa, yo no me muevo y pronuncio palabra alguna.
-¡Alma! ¿Es que acaso no me oyes?
-Sí te oí, pero eso es imposible... -Naomi me agarra de los brazos clavándome la mirada.
-Te lo juro, es él -tiemblo, no lo creo, no puedo, no puede ser, él se ha ido- ¡Reacciona! -me zarandea y luego me empuja hacia el lugar de donde ella ha venido.
-Naomi, no bromees con eso... -casi siseo, esto es algo que no pienso creer, un dolor que no pienso revivir.
-Alma, mírame -se pone en frente mío- nunca jugaría con algo como esto -dice- y no puedes dejar que se vaya sin que te vea.

Me quedo quieta unos segundos, pero un nuevo grito de Naomi me hace reaccionar y como si algo o alguien controlara mis acciones emprendo la carrera hacia el patio del instituto, si realmente está ahí, no puedo dejar que se vaya de nuevo, no puedo perderle de nuevo, Morgan, no quiero perderte una vez más.

No te vayas, por favor... espérame... Corro lo más rápido que puedo, no debo parar, no debo dejar que se vaya, no otra vez.

Por favor, Morgan, quédate... las piernas me tiembla, amenazan con ceder y derrumbarse ¡No eso no!

-Morgan... -digo con dificultad viendo la entrada principal, falta tan poco para llegar- Morgan...

Corro, no quiero dejar de hacerlo hasta llegar, pero como todo en la vida, nada es como uno quiere, tropiezo y derrapo por el pasillo principal, el dolor me penetra con todo, pero no dejaré que eso me detenga, me levanto como puedo y vuelvo a correr.

Morgan.

Bajo las escaleras de la entrada principal, prácticamente saltándolas, me detengo y miro a todos lados buscándote.

Dónde estás...

Mis pupilas no paran hasta que te ven, una corriente recorre cada rincón de mi cuerpo, eres tú, realmente eres tú, algo crece en mi interior, esa pastosa sensación que me envolvió desde el primer momento en que ya no supe más de ti.

Doy un paso hacia adelante, tú no me vez, estás de espaldas, intento llamarte, pero no me salen palabras, por favor, voltea, estoy aquí, mírame. Das un paso lejos de mí sin saberlo y no lo soporto más.

-¡MORGAN! -grito y por fin volteas, por fin, después de tanto tiempo, veo tu rostro.  Muestras sorpresa, no esperabas verme ¿Verdad? Entreabres la boca ¿Intentas decirme algo?
-Alma... -murmuras y, como si esa fuera una orden, vuelvo a correr hacia ti y no paro hasta estar entre tus brazos, me aferro a ti en un intento inútil de retenerte a mi lado.

Siento tus brazos al rededor mío, sé que solo por esta vez permitirás este tipo de contacto contigo, sé que el haberte visto hoy no es más que una simple casualidad, sé que luego que esto acabe, será el fin.

No hablamos, las palabras sobran entre nosotros, no son necesarias, nunca las fueron, me separo un poco de ti, te veo a los ojos, eso que tanto amo. Me regalas una sonrisa, la última. Te acercas a mí y tus labios hacen contacto con los míos solo por unos segundos, vuelves a acurrucarme entre tus brazos, aunque estemos fríos, junto a ti es donde siento calidez.

Cierro los ojos con fuerza, no puedo seguir más con esto, duele, adormece, mata, aniquila... 

Debo olvidarte... 

Abro los ojos y la vista desde la ventana del pasillo del segundo piso de la bienvenida... Otra fantasía en que regresas, en la que te vuelvo a ver, en la que estás junto a mí otra vez, una fantasía más que nunca se hará realidad...

Porque tú te has ido, porque sé que nunca regresarás, porque solo me quedan recuerdos de lo que fuimos una vez, recuerdos que debo olvidar como los cuentos que me contaban de niña. Porque eso es lo que es nuestra historia ahora, un cuento más...