domingo, 24 de julio de 2016

¿Por qué?

“Duele… estar cerca de ti duele… ”
“¿Por qué está pasando esto? ¿Por qué parece que todo se acabó?”

Desde que acepté que sentía hacia ti algo más fuerte que una amistad y luego de escucharte y confiar en ti, comencé a creer que siempre estarías a mi lado, porque eso era lo que me decías y cómo iba yo a pensar que todo terminaría si eras tú quién me decía lo contrario?

Había olvidado, al estar cerca de ti, que todos se van, que todos me dejan sola al final, creí o más bien quise creer que tú no te irías… pero todo estaba cambiando tan espantosamente que comencé a aterrarme y sentir miedo hacia ti… como suele pasarme, cuanto más asustada estoy, más alejo a la gente…

Esa tarde debía ser tranquila, debíamos estar bien, debía demostrarme que nada era diferente y que todos esos fantasmas estaban solo en mi cabeza, que aún estabas a mi lado, que no estabas alejándote de mí… pero no, no fue así… todo terminó mal…

Vi cómo caminabas por delante de mí, cómo te alejabas sin importante si yo me quedaba atrás, en ese momento las lágrimas volvieron a acudir a mis ojos y el sentimiento de soledad que tanto odiaba y que pensé no volver a sentir al estar a tu lado, regresó con una fuerza que me debilitó por completo… En ese momento solo quise huir, huir de ese sentimiento y del que causaba que lo sintiera, huir de ti…

“¿Por qué duele estar cerca de ti? ¿Por qué si se supone que eres quien me hace feliz?”

Comencé a correr, necesitaba estar lejos de ti, escapar de lo que provocabas en mí, no podía sopórtalo, si seguía cerca iba a terminar destruyéndome, las lágrimas salían sin control, el vacío en mi pecho crecía segundo a segundo mientras corría para alejarme de ti.

“Duele… pero duele más saber que te pierdo… ¿por qué…?”

Sentí tus pasos detrás de mí, corrías también para alcanzarme y fue ahí que me di cuenta que no quería que llegaras a mí, no quería… te tenía miedo… miedo a lo que a lo que me hacías sentir…

“Basta… no quiero más de esto… ¡¿Por qué está pasando de nuevo?!”

Un segundo más y me alcanzarías… así que… ¿Qué más daba? Dejé de correr y me desmoroné como arena arrastrada por el mar, solo me dejé caer y pronto estuviste a mi lado, alcé la mirada hacia ti y lo que vi el tu rostro fue preocupación… solo eso…

“¿Todo terminó, verdad…? El cuento al fin se acabó…”

Bajé el rostro, tratando de ocultar mi tristeza, sentí tus brazos alrededor mío, pero más que fortaleza sentí un frío que amenazaba con devorar mi alma, aunque siendo sincera… estaría dispuesta a que eso pasara a sentirme sola una vez más… como siempre lo estuve… y como siempre lo estaré…


No hay comentarios:

Publicar un comentario