-Dime algo que desees hacer justo ahora.
-Tomar tu mano.
-¿Y eso por qué?
-Me da tranquilidad.
-Pero…
-Tú preguntaste y yo respondí.
-¿Eso quieres de verdad?
-Sí, pero no quiero obligarte a nada.
Le miró por unos segundos y luego tendió su mano.
-Hazlo entonces.
-No tienes que hacerlo si no quieres.
-Si no quisiera no lo permitiría.
Ambos se miraron y una leve sonrisa apareció en sus rostros.
Ambos se tomaron de las manos.
-¿Te di tranquilidad?
-Sí, gracias.
-A mí también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario