miércoles, 11 de enero de 2017

Tranquilidad

-Dime algo que desees hacer justo ahora.
-Tomar tu mano.
-¿Y eso por qué?
-Me da tranquilidad.
-Pero…
-Tú preguntaste y yo respondí.
-¿Eso quieres de verdad?
-Sí, pero no quiero obligarte a nada.

Le miró por unos segundos y luego tendió su mano.

-Hazlo entonces.
-No tienes que hacerlo si no quieres.
-Si no quisiera no lo permitiría.

Ambos se miraron y una leve sonrisa apareció en sus rostros. Ambos se tomaron de las manos.

-¿Te di tranquilidad?
-Sí, gracias.
-A mí también.

Se quedaron viendo la caída del sol, sus manos unidas, la tranquilidad en el aire.

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