lunes, 12 de enero de 2015

Eterno

El tiempo ha pasado tan rápido que mi vida parece tan solo un instante. Se ve tan corta que me hace pensar si la estoy aprovechando como se debe o si he estado, solamente, perdiendo preciados minutos de mi existencia.
El estar de vuelta en casa me causa una gran nostalgia, recordar a los que conocí aquí y que ya no están, las que, aún después de tanto tiempo, mantienen los brazos abiertos para recibirme.
-Recuerda que veníamos a ver el amanecer aquí en vacaciones?
-Cómo olvidarlo, si cunado me descubrieron… qué no me hicieron…
Una pequeña risa se oyó luego de ese comentario.
-Pero valió la pena.
-Tal vez... pero a ti no te dijeron nada, eso sí es injusto – reclamé como una niña.
-Estar contigo valía la pena – se escuchó en el aire combinado con la brisa marina.
-Estar contigo valía la pena… – susurré.
Tantas veces estuve en esta playa, tantas veces estuviste aquí conmigo, tanta veces… que aún duele que ya no sea así.
-Yo sé que algún día te veré de nuevo – sonreí – por ahora yo viviré por ti… prometo no desperdiciar mi vida, prometo vivir.
-Es un hecho que nos volveremos a ver, pero en  mucho tiempo aún, te quiero, pequeña tonta…

Una suave brisa cálida envolvió mi cuerpo y una lágrima solitaria surcó mis mejillas, mas la sonrisa no debía desaparecer, porque aunque él ya no estuviera aquí, yo sí.

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